La evolución nos llevó hacia una web semántica, donde la inteligencia humana y la de las máquinas se comunican, un lenguaje más natural propiciado por algoritmos genéticos.
Las emociones estarán incorporadas a partir de dispositivos y herramientas que reconozcan qué tipo de sensaciones genera un vídeo, o qué reacciones provoca un texto, incluso estados de ánimo representados en nuestros avatares. Dispositivos ligeros, portátiles, de alta resolución, con implantaciones neuronales, memoria y velocidad de aprendizaje, capaces de una interacción total donde tendrá presencia lo que siente el usuario, es la web sensorial y emotiva.
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